Para ti, para mi, para todos, para nadie





Recordar es andar
encadenado
yo niño juego y a veces
olvido, que alguien
a mi puerta llamó
que alguien así llamado,
Olvido, una vez, aquí
a mi lado caminó.


Aquella mujer, lejana
distinta su voz, cada día
aquella frágil,
desconocida luz de la noche,
mirando los versos, m
si, en aquella olvidada
oscuridad del lecho
entre sombríos encuentros
entre voces de deseo
abrazos al desaliento


Y un día, sin luz
una noche acaba
en letra triste, olvidada
llena de barro
la imagen pisada
entre lluvias, pasos firmes
de engaño tiznadas
las voces que en la calle
aun resuenan


Cuerpo a cuerpo
imagen y seña
haciendo del deseo,
patria y lecho, quemados
como seca hierba
nada importó, todo quedó
marcado con letras de carbón
mientras el alma desanda
el camino y los pasos,
que la falsedad diseño,
entre gritos de placer
cosidos a mi almohada


Añoro el sombrío
tupido bosque de verbo y palabra
las humedades de la lengua
la lluvia, la tierra mojada
duda, esperanza, amor
ahogados en riadas,
de desprecios, ocultos,
entre los pliegues de tu sonrisa


Aquel niño, que jugaba
unas pocas palabras
al vuelo de tu voz encadenadas
lo mejor del recuerdo es olvido
junto a la mar, amar,
aquella sonrisa, que con las olas
se fue, entre estrellas,
indefenso, siempre me pierdo
cuando llega la noche
aquí sentado, en mi reino,
en la arena de mi playa