Viejo amigo


Viejo amigo, compañero de chanzas, largas caminatas y llantos a la oscuridad. Todos supimos de ti, por tu recia voz, de tu caracter varonil, fuerte y heroica determinación, pese a tu nombre, mas propio de femina condición. Tu mi viejo, mi largo brazo hacia la canción, de apellido glorioso, tu, Tuba Wagner, curioso y fuerte, aupado a las glorias de la excelsa musica por necesidad de loar, como ningún otro pudo hacer, las gestas de Sigfrido, fuerza carácter y vida, sentido, melodia y necesidad al servicio del Anillo del Nibelungo que impregno de militares notas el peculiar sonido que tu creador quiso buscar.


Alumbrado a la luz de saxo, que no por ello pienso, tu memoria rescatar, hagolo si, por ese extraño sentido de la amistad, cultivada entre mesas viejas de madera, de patas apolilladas de pino, manchas secas de lagrimas y resacas desgarradas en los suelos, gastados de no limpiar. Fuiste, fui, fuimos, acompañados por el delgado Oboe, la Trompeta de pistones y el suave y ronco Bajo, banda de musicos errantes, la mayoria de visitas entregadas por unas copas y caliente plato de judias sin estofar, grupo de titeres guiados por la necesidad, en cantinas, tugurios, prostibulos chamizos y bares de dudosa y olvidada sonoridad, por no hablarte amigo, en triste hora lo haga si hubiera necesidad, del acomodo que buscamos a oscura tientas entre las cortinas de tu sueño cargado de estrellas, de chaparros adornos y medallas lucidas incluso en la desnudez del hogar. Recuerdo, el llanto apagado de tus gritos, la melodia insidiosa, recurrente y de recia ritmica e inacabada sonoridad, cuantas noches pediste, rogaste y llegaste hasta comprar, los favores de tu uniformado Monarca que deleitaba su insatisfecho goce hogareño entre tejidas y boradas cortinas y blasones de regia presencia, impregnada de olores rescatados a la primavera sexual.




Ya fuera por tu voz, por tu silencio o por ambas condiciones, que para tales hechos, no tiene mas importancia que la que cada cual le quiera dar, que una triste noche en aquel tugurio cargado de humo, ruido y olores de fuerte humanidad, tus brillantes ojos, la emoción de tu voz no pudo o quiso disimular, tu arrogante y altiva diatriba a todos nosotros, pobres musicos de banda con desconocido pasado, sin futuro ni silla donde descansar, gritaste tu alegria entre cervezas, que amigo, aunque no tenga mas importancia para mi, olvidaste pagar, todos escuchamos tu nueva dicha tu gozoso futuro, la promesa sellada por el mando de la banda militar.







Callen trompetas, tambores

y clarines

la tropa silencie su rigido caminar

bajen los angeles

escuchen los árboles, de verde hoja

de amarillenta sombra

hasta el agua de los rios cese

su lento peregrinar

Heme aqui Tuba Wagner

al cielo regalando

mis notas, sonido y porte marcial

merecidos aplausos y vitores ahorren

dejen los pajaros su cantar

maulle en silencio el gato

y ladre callado el gordo can

recuerden mi sonido, en hora magica

pues tal será la fama ganada

que a sus mocosos nietos

entre pañuelos sucios

caramelos de colores y ropa usada

deberan narrar

Hablaran los proceres de la comunidad

voces orgullosas

y estube allí,

entre sonrisas agrias

relojes de oro encadenados

a sus orondas figuras

y trajes de terciopelo marrón

yo estube allí

en edictos pagados por el pueblo

comunicaran.

Y proclamaran festivo el día

en el que todos los parados

harrapientos, pobres, enfermos, desahuciados

y gentes sin mas porvenir

que ser visitados por la beneficiencia

pudieron con sus cansados ojos,

sus languidas miradas y algunos

con viejas heridas de guerra

el desfile presenciar.

Edictos, placas y bandos militares

harán honores y relatarán,

nadie, nunca, ni la propia musica

podrá escapar a la recia magia

que tu sonido entre silencios expectantes

eleve al cielo con granada sonoridad.



Y he aquí, viejo amigo, entrañable camarada de burdas y languidas noches dormidas sin yantar, de perdidos deseos tras las cajas vacias de cualquier oscuro local, amigo de secretos entre faldas volatiles y enaguas proclives a caer, he aquí que tu destino estaba escrito. Sabias mejor que nadie tu debil postura, nacida de la necesidad, creiste hallada la gloria cuando te llamaron de Palacio Real, tus valvulas rotativas tu campana abierta luciendo brillos donde solo hubo suciedad. Loaste tu alegria, acompañando al fino Oboe en una última composición que a todos nos hizo llorar, abriste las puertas de magos dorados, tiradores tan limpios que nadie osaba usar, madera pulida y embarnizada, clavos de cobre juntas herradas como bellas flores te flanqueraon el acceso a las dependencias de la sala real.




Qu extraño destino, tu que fuiste creado para las hazañas uniformadas, para dar voz al grito callado de la Valhalla, nadie con tu brillo en su futuro, con sus amplios sueños, alimentados de fantasia al paso de la oca, marcado por regias funciones, si, debo reconocer que tampoco nosotros, sin uñas, carcomidos por cierta y vergonzosa envidia,debo reconocer, tampoco sospechamos que llegarias a tan triste pero necesario final. Que a fin de cuentas no deja de ser noble función, pues no todos pueden lucir en su breve historial, una hoja de servicios, creeme, lo digo sin doble sentido mi viejo amigo, con tan cercana presencia a reales testiculos como es, para tu honra espero, tu nuevo destino, evacuar emergencias minguitorias en la sala de baño contemplando de cerca los castrenses bordados de la ropa interior de tu ensalzado General. Pues es verdad amigo, viejo y escatologico perfumado de diario, que como dijo el gran Quijote a su fiel escudero en la ínsula Barataria, y a fe mia que tan encuadrado sienta el precedende comentario, que de no haberlo hecho sin duda lo hubiera pensado, "amigo Sancho, no te aflijas por tu imprecavida perdida de humores y orina a deshora, pues recuerda mi fiel escudero y ahora gobernador, que incluso los mas grandes Reyes, Monarcas y Emperadadores, en algun momento y lugar ciertamentente deben evacuar".




Así pues tu noble destino entronado con la historia a través de los escritos caballerescos de historias de algún que otro soldado que se creyó Mariscal, debe por ti ser aceptado aunque nunca deseaste, debo recordar con tristeza, acabar tus dias ayudando a tu Rey en su que hacer humano, en su habitual y diario mear.