Amar la mar

En construccion, toy vago hoy

Para Paqui, una blanca flor







Marcas, señas y miradas
se apartan dulcemente
de tu recuerdo, blanca,
de tus formas y voces
por ti el hombre se hizo flor
y cuando pienso en tu aroma
no encuentro ni puedo
descifrar, tu cuerpo, a la luz
de los pétalos de cielo blancos
no sirven, es un secreto
guardado entre colores
símbolos de pasión
son misterio y sueño, cifras
números, letras y química
conjeturas, buscando
entre las flores del alma
el cuerpo que ajeno
al verbo oculto, palidece
desea vestirse de desnudez
el próximo alba
.
.
.
.
.
Entre los sonidos del agua
de sombras transparentes
tu cuerpo, vestido de nada,
largos parpadeos, labios
cerrados, mordiendo el deseo
me abrazan de voces tiernas,
cicatrices que rien
al vaiven de tu figura
de carne, calida, diseñada
con bellos trazos,
parecen correr en los campos
del sueño, tienen, casi desdeñan
fingiendo no quererme
una querencia de placer
un cuerpo para mezclarse.
.
.
.
.
.
Tu no quieres, pareces ignorar
el beso que fluye, indeciso
sin saber si es para mi
de tus carnes doradas
calido y silencioso, escapa
camina entre tu cuerpo y el mio
arranca flores, blancas reseñas
condenadas a callar,
presas de la incognita angosta
como condenas tiemblan
cuando mis manos rozan,
cuando cierras tus ojos, rotas
las cadenas impuestas a tu alma.
.
.
.
.
Con mis disculpas por haber tardado tanto en terminar tu poema y sobre todo porque una vez acabado no puedo dejar de pensar que tu vales mas que estas cuatro, acertadas o no, bonitas palabras.
.
.
.
besos dulce blanca flor.






Feliz cumpleaños Marta

























Sonrisas desmelenadas, sombras
sin lineas de medida, sin limites
acercate, aquí a mi lado
busca en tus manos
la arena cogida, de tu playa
granos de carne y hueso
cargados de sueños,
ahítos en recuerdos, de tu playa
solitaria, desierta
llenada de tus olvidos
del tiempo que entre cruces
marcó el infinito, mortal,
ajado, donde el deseo linda
con el destino
aquí en tu desierta playa
secos los pies del tiempo
buscado entre pastos húmedos
de arena blanca, adormecidos
los besos por tu abrazo
perdido entre el deseo
de tus cálidos labios





La noche vencida
de tus ojos huye, roja luz
que dejas abandonada al aire frió
vientos coloridos
quizás sean esas brisas
rojas como tu mirada, cargada
del fuego que ahuyentan la pena
del alma
más que una vez, más que un tiempo
más que un color
fue el tono rojo de tus besos
que quise abrazar
temblando, agarrado a mi silencio
envuelto en misterios
de ritmos callados
notas rojas, enrojecidos tonos
diseñan el pentágrama de tu voz
caminando entre sendas
de tierra roja
ardiendo el suelo, por el calor,
de tus pasos, de tus desnudos pies
entre rojos sueños
apasionados gritos
de tonalidades sonoras en
la música de tu mirada


Donde naces tu, flor,
tierno cuerpo formado
de pétalos en llamas,
capricho enlazado
a la tierra por raíces
de prosa y querencia
de verbo nacido del alma
te ofreces a los labios
a los olores del cuerpo
escritos en hojas cultivadas
en tu forma soñada, rosa roja,
flor que miras sin tocar
de miedo llenas el cuerpo
de lágrimas el horizonte
cuando crecen los deseos
rozando de tu boca los aromas
de tu cuerpo, rosa roja, abatida
la desidia sin preguntas,
con caricias, palabras calladas
escritas en la mejilla
allá donde tus pétalos depositan
el amanecer de cada beso
que en inmensa soledad
la tarde ofrece
cuando el sol levanta
sombras de fuego
de tus dorados tonos, roja rosa,
enraizados en mis recuerdos
despiertos con la luz
del aroma, rosa roja, roja rosa





Para ti, para mi, para todos, para nadie





Recordar es andar
encadenado
yo niño juego y a veces
olvido, que alguien
a mi puerta llamó
que alguien así llamado,
Olvido, una vez, aquí
a mi lado caminó.


Aquella mujer, lejana
distinta su voz, cada día
aquella frágil,
desconocida luz de la noche,
mirando los versos, m
si, en aquella olvidada
oscuridad del lecho
entre sombríos encuentros
entre voces de deseo
abrazos al desaliento


Y un día, sin luz
una noche acaba
en letra triste, olvidada
llena de barro
la imagen pisada
entre lluvias, pasos firmes
de engaño tiznadas
las voces que en la calle
aun resuenan


Cuerpo a cuerpo
imagen y seña
haciendo del deseo,
patria y lecho, quemados
como seca hierba
nada importó, todo quedó
marcado con letras de carbón
mientras el alma desanda
el camino y los pasos,
que la falsedad diseño,
entre gritos de placer
cosidos a mi almohada


Añoro el sombrío
tupido bosque de verbo y palabra
las humedades de la lengua
la lluvia, la tierra mojada
duda, esperanza, amor
ahogados en riadas,
de desprecios, ocultos,
entre los pliegues de tu sonrisa


Aquel niño, que jugaba
unas pocas palabras
al vuelo de tu voz encadenadas
lo mejor del recuerdo es olvido
junto a la mar, amar,
aquella sonrisa, que con las olas
se fue, entre estrellas,
indefenso, siempre me pierdo
cuando llega la noche
aquí sentado, en mi reino,
en la arena de mi playa





Voces de noche
entre olas saladas
blancas manos en tu cuerpo
con tu voz callada, me llamas
rojo sobre negro,
negro de tu letra, de pasión
escrita sobre sabanas de pétalos,
de flores rojas, de alas
travesias por el mar
agua desbravada
cuando tu voz se alza
cuando clamas, ancha y oscura,
la noche por tu voz
luceros y tumultos
claridad que salpica
con gotas de luz,
abrazada a tu mundo



Mundo de negro color
no hay tristeza en la aurora
teñida entre blancos y rojos
llegaste a ella, a través
de palabras
de voces y silencios
de realidades soñadas
que corren entre ríos
aguas claras, nombradas
yo, soy mi dama
fingiendo, no querer
vivir soñando, lineas rojas
cielos y vientos, brisas
amaneceres negros
de mundos lejanos
amas en silencio, tu
entre piedras escritas
pasión hecha materia que busca
anclar en la tierra el nombre
mi nombre tu anhelo
que el cuerpo te lleva
intacto, como un milagro
un gran espacio vacio
azul en mi, negro y rojo
de tus colores y tus labios



Aquí, estas cerca, para vivir
verbos y adjetivos de color
dibujas lineas claras
entre pétalos escribes,
lanzas al cielo, mi nombre
detrás de una duda
escondido entre alegrías y fiestas
entre gentíos, palmas y orgullos
sin historia contada, sin pasado
que nadie recuerda, ni llora
los caminos que desandamos
desde antes de vivir, sin saber
entre rojos y negros atardeceres
anónimos besos ocultos
en tus manos la lírica
en tu voz la fuerza
en tus ojos ciegos de amor
desnudos de playa y luna
reflejos de arena
donde pisaste el baile,
la danza del adios

frio

Parte 1/3
Gracias Fabi por tus consejos.


El creciente bochorno empapaba las sombras, multiplicando la rigurosa climatología en la calurosa tarde. Junto al mercado, en las martingalas usadas como mesas por los vendedores de pescado en salazón y especias, buscando protección bajo la escasa sombra del techumbre de cañas y barro seco, algunas mujeres enlutadas con los delantales usados para el desecado del los peces de la laguna, charlan con jóvenes entre los que descubre diferentes amigas del colegio de la Columniata, Isabel Victoria, su compañera de pupitre, rolliza, de rojizos mofletes y abundante pecho y trasero, que intenta disimular bajo el sucio vestido negro de volantes y cenefas dibujadas de suciedad y hastió, Andrés Lorenzo, el hijo secreto del párroco a juzgar por todos los comentarios de las comadres mas viejas del lugar, fruto de sus amoríos mas prohibidos que privados pues era de público conocimiento la debilidad de Don Severo por las faldas, motivo por el cual mas de un marido celoso prohibió la confesión de su mujer en tanto el maldecido servidor del señor, no fuera castrado, en justa venganza por cualquier ingrato poseedor de cornúpeta fama y honra mancillada al amparo de la cruz que decía amar. Junto a la plaza porticada, detrás del patio de la escuela de música, chicas y chicos, estudiantes a horas perdidas y sueños dejados sobre las viejas libretas de solfeo, que fueron sus compañeros intentan arrancar una marcha fúnebre, hundiéndose una vez más en su torpe desconocimiento de las artes musicales, piensa en las mal pintadas y acartonadas aulas donde ha pasado largas e improductivas horas intentando arrancar algún sonido reconocible al violín, Oye el pesado caminar de sus familiares mas allegados, su tito Antonio y sus primos, el pequeño Vicente con la ropa vieja carcomida por el abandono secular al que tan acostumbrados estaban en el pequeño pueblo fronterizo, demasiado cerca del mar, decía su tita Mariana, secándose el sudor de su cara con mas barba que años, como para librarnos de la humedad y demasiado lejos repetía una y otra vez para gozar de su brisa salvadora. Compañeras de clase, bachilleres de pechos prominentes y pocas espectativas ante la escasez de chicos con alguna característica interesante, mas allá de la poca fortuna que todos lucen, en ocasiones con orgullo que raya la estupidez, por su pertenencia a la banda de música del villorrio. Colegas confidentes de calle y juegos a escondidas bajo la escasa luz de las farolas nocturnas, cuando el calor del verano parece derretirse entre las oscuras sombras del atardecer, cuando el sol y la luna parecen encontrarse, se acarician y bailan hasta despedirse de nuevo entre dorados cielos que las lejanas montañas van ocultando. Todos ellos siguen en silencio el cortejo por las estrechas callejuelas de San Severio de la Laguna Seca. Algunos árboles desperdigados, acacias, y álamos grises, que milagrosamente resisten los cambios estacionales tan bruscos, cobijan bajo su verde amarillento ramaje a gentes serias y llorosas, niños y mocosos en calzones cortos y descalzos, hombres y mujeres quemados por el tiempo y el hambre, arrugados por los días a la intemperie, todos con sus ropas oscuras y los pañuelos en la mano, parecen llorar, la mayoría se santigua a su paso, algunos impúberes lanzan flores silvestres , senecios, crisantemos, narcisos y amapolas de un blanco refulgente. Monjas del cercano convento de la Trinidad y perros famélicos que ladran al paso de carruaje, observa el sudor en todos ellos, animales con el pelo apelmazado trinitarias y comerciantes, mozalbetes y meretrices con las ropas pegadas al cuerpo, colegialas que se dejan abrazar por los empapados brazos de jóvenes excitados, mas por la próximidad de ellas que por el ambiente que llena de melancolia y olores florales el sucio recorrido del feretro que va adquiriendo el rojizo color del polvo de las calles que atraviesa. Gentes a las cuales apenas si recuerda o conoce, agobiados por el calor del día, con la cabeza baja, murmurando oraciones que extrañamente le suenan con toda nitidez, voces que le llegan y la estremecen, quisiera responderle, gritar les pero solo puede sonreír, cobijada en su solitaria atalaya desde la que divisa, huele y escucha un llanto apagado, un grito mas que un silencio mas que una callada apuesta que proviene descansando sobre una melodia nueva para ella, diferente, cargada de sensaciones que parecen salirle del alma, que crecen desde dentro y hacía fuera en una alarde de negras notas y sintonias de dolor que no puede reconocer pero que siente que nacen de ella. Sigue percibiendo el calor externo mientras abraza su viejo instrumento de cuerda, sorprendida por el frió de su propio cuerpo. Pese a la estrechez del habitáculo y del propio carruaje que la traslada, se siente cómoda y tranquila, apenas nota el ajetreo del viaje, los constantes saltos de las ruedas sobre el empedrado camino. Intenta recordar, pero su memoria parece frágil, tanto como las estructura del carro que con sus crujidos de madera vieja y carcomida parece querer romperse con los perezosos pasos de las negras mulas que lo arrastran. Le cuesta trasladar a su memoria los últimos momentos del día, siente las manos de su tita vistiéndola, allí sobre la cama, empapada por el sudor que le provoca el esfuerzo, abandonandose bajo el potente sonido de las campanas, restos olvidados de la época colonial, de cuando algunos mercaderes, de dudosa reputación se instalaron en la entonces prospera villa, campanas sufragadas según relataban los mas viejos con el tráfico de esclavos procedentes de lejanos países cuyos nombres jamás habían oído mencionar.
Un espejo vacio, cristales rotos
soñar contigo en la noche,
no fue pensar solo entre los lienzos blancos
dibujando tus recuerdos
entre los olvidos de mi cuerpo
yo, a solas, sin ti,
soñaba hablando al mar,
agua callada
donde yacian las olas,
blanca espuma venerada
mensajero del silencio
correo mudo y deseo
que nunca llegaron.





Donde estan mi lagrimas,
secas de tiempo,
entre pinceles grandes
manchadas por tu silencio,
por tu adios entre piedras,
de colores y agua fria
entre luceros ciegos
canticos dibujados
acuarelas arco iris
lineas curvas de deseo
circulos abiertos a la nada.




Que soy cuando hablo
tu lo sabes, soy,
era número vacio
de gozos y aire del mundo
donde estoy cuando callo,
el mas viejo lugar
oscura morada,
la mas antigua palabra
donde tu nombre,
que no deja huella se pierde,
aunque te llamo y dices nunca
en la memoria de mi tiempo blanco,
sin espolones de lucha,
cansado y vencido
momentaneo triunfo
de tu aurea ausencia
cuando cierro entre decoros
entre risas escondidas
la voz que ya no surje de mis labios









Viejo amigo


Viejo amigo, compañero de chanzas, largas caminatas y llantos a la oscuridad. Todos supimos de ti, por tu recia voz, de tu caracter varonil, fuerte y heroica determinación, pese a tu nombre, mas propio de femina condición. Tu mi viejo, mi largo brazo hacia la canción, de apellido glorioso, tu, Tuba Wagner, curioso y fuerte, aupado a las glorias de la excelsa musica por necesidad de loar, como ningún otro pudo hacer, las gestas de Sigfrido, fuerza carácter y vida, sentido, melodia y necesidad al servicio del Anillo del Nibelungo que impregno de militares notas el peculiar sonido que tu creador quiso buscar.


Alumbrado a la luz de saxo, que no por ello pienso, tu memoria rescatar, hagolo si, por ese extraño sentido de la amistad, cultivada entre mesas viejas de madera, de patas apolilladas de pino, manchas secas de lagrimas y resacas desgarradas en los suelos, gastados de no limpiar. Fuiste, fui, fuimos, acompañados por el delgado Oboe, la Trompeta de pistones y el suave y ronco Bajo, banda de musicos errantes, la mayoria de visitas entregadas por unas copas y caliente plato de judias sin estofar, grupo de titeres guiados por la necesidad, en cantinas, tugurios, prostibulos chamizos y bares de dudosa y olvidada sonoridad, por no hablarte amigo, en triste hora lo haga si hubiera necesidad, del acomodo que buscamos a oscura tientas entre las cortinas de tu sueño cargado de estrellas, de chaparros adornos y medallas lucidas incluso en la desnudez del hogar. Recuerdo, el llanto apagado de tus gritos, la melodia insidiosa, recurrente y de recia ritmica e inacabada sonoridad, cuantas noches pediste, rogaste y llegaste hasta comprar, los favores de tu uniformado Monarca que deleitaba su insatisfecho goce hogareño entre tejidas y boradas cortinas y blasones de regia presencia, impregnada de olores rescatados a la primavera sexual.




Ya fuera por tu voz, por tu silencio o por ambas condiciones, que para tales hechos, no tiene mas importancia que la que cada cual le quiera dar, que una triste noche en aquel tugurio cargado de humo, ruido y olores de fuerte humanidad, tus brillantes ojos, la emoción de tu voz no pudo o quiso disimular, tu arrogante y altiva diatriba a todos nosotros, pobres musicos de banda con desconocido pasado, sin futuro ni silla donde descansar, gritaste tu alegria entre cervezas, que amigo, aunque no tenga mas importancia para mi, olvidaste pagar, todos escuchamos tu nueva dicha tu gozoso futuro, la promesa sellada por el mando de la banda militar.







Callen trompetas, tambores

y clarines

la tropa silencie su rigido caminar

bajen los angeles

escuchen los árboles, de verde hoja

de amarillenta sombra

hasta el agua de los rios cese

su lento peregrinar

Heme aqui Tuba Wagner

al cielo regalando

mis notas, sonido y porte marcial

merecidos aplausos y vitores ahorren

dejen los pajaros su cantar

maulle en silencio el gato

y ladre callado el gordo can

recuerden mi sonido, en hora magica

pues tal será la fama ganada

que a sus mocosos nietos

entre pañuelos sucios

caramelos de colores y ropa usada

deberan narrar

Hablaran los proceres de la comunidad

voces orgullosas

y estube allí,

entre sonrisas agrias

relojes de oro encadenados

a sus orondas figuras

y trajes de terciopelo marrón

yo estube allí

en edictos pagados por el pueblo

comunicaran.

Y proclamaran festivo el día

en el que todos los parados

harrapientos, pobres, enfermos, desahuciados

y gentes sin mas porvenir

que ser visitados por la beneficiencia

pudieron con sus cansados ojos,

sus languidas miradas y algunos

con viejas heridas de guerra

el desfile presenciar.

Edictos, placas y bandos militares

harán honores y relatarán,

nadie, nunca, ni la propia musica

podrá escapar a la recia magia

que tu sonido entre silencios expectantes

eleve al cielo con granada sonoridad.



Y he aquí, viejo amigo, entrañable camarada de burdas y languidas noches dormidas sin yantar, de perdidos deseos tras las cajas vacias de cualquier oscuro local, amigo de secretos entre faldas volatiles y enaguas proclives a caer, he aquí que tu destino estaba escrito. Sabias mejor que nadie tu debil postura, nacida de la necesidad, creiste hallada la gloria cuando te llamaron de Palacio Real, tus valvulas rotativas tu campana abierta luciendo brillos donde solo hubo suciedad. Loaste tu alegria, acompañando al fino Oboe en una última composición que a todos nos hizo llorar, abriste las puertas de magos dorados, tiradores tan limpios que nadie osaba usar, madera pulida y embarnizada, clavos de cobre juntas herradas como bellas flores te flanqueraon el acceso a las dependencias de la sala real.




Qu extraño destino, tu que fuiste creado para las hazañas uniformadas, para dar voz al grito callado de la Valhalla, nadie con tu brillo en su futuro, con sus amplios sueños, alimentados de fantasia al paso de la oca, marcado por regias funciones, si, debo reconocer que tampoco nosotros, sin uñas, carcomidos por cierta y vergonzosa envidia,debo reconocer, tampoco sospechamos que llegarias a tan triste pero necesario final. Que a fin de cuentas no deja de ser noble función, pues no todos pueden lucir en su breve historial, una hoja de servicios, creeme, lo digo sin doble sentido mi viejo amigo, con tan cercana presencia a reales testiculos como es, para tu honra espero, tu nuevo destino, evacuar emergencias minguitorias en la sala de baño contemplando de cerca los castrenses bordados de la ropa interior de tu ensalzado General. Pues es verdad amigo, viejo y escatologico perfumado de diario, que como dijo el gran Quijote a su fiel escudero en la ínsula Barataria, y a fe mia que tan encuadrado sienta el precedende comentario, que de no haberlo hecho sin duda lo hubiera pensado, "amigo Sancho, no te aflijas por tu imprecavida perdida de humores y orina a deshora, pues recuerda mi fiel escudero y ahora gobernador, que incluso los mas grandes Reyes, Monarcas y Emperadadores, en algun momento y lugar ciertamentente deben evacuar".




Así pues tu noble destino entronado con la historia a través de los escritos caballerescos de historias de algún que otro soldado que se creyó Mariscal, debe por ti ser aceptado aunque nunca deseaste, debo recordar con tristeza, acabar tus dias ayudando a tu Rey en su que hacer humano, en su habitual y diario mear.





Donde estas Amor




Qué es el amor?


Quimica dice la ciencia, simple y previsible quimica. Descargas neuronales, la electricidad al servicio del deseo, hormonas que bullen y alteran el sistema nervioso, mensajes que recorren las glandulas produciendo adrenalina y noradrenalina. Aumenta la presión arterial, el corazón se acelera, explotan y se multiplican los globulos y aumenta la capacidad muscular, un estado de imbecilidad transitoria gestado en nuestra propia cocina que, como una borrachera, nos dejara sin duda la resaca del deseo sexual nunca complacido. La preparación del cuerpo para el parto, el aumento de la libido, sintomas del mal del amor, esa extraña enfermedad que tanto duele y de la que nadie escapa indemne.

Magia, pura magia dice la poesia. Una calle llena de nada, con chamizos hechos de jirones de la propia piel, ventanas cerradas por miedos, resquicios de luz que escapan del acolchado de la ingnota y atavica sensacion de desamparo.


El amor es un esclavo, que a todos pertenece, todos creemos, deseamos, soñamos con poseer, nos recreamos en sus ropas de colores, nos revolcamos en sus aguas calidas, bebemos de su fuente del placer, ignoramos los tributos a pagar, somos complacientes y generosos con él pero exigimos una lealtad que nunca nos puede garantizar, una lealtad patetica como el intento de mantenerlo ajeno a los demas, llenamos vacios de recuerdos, olvidos de sillas usadas, de pañuelos regalados, de lagrimas guardadas en la caja de los sueños. Armazón desvalido, pieza de artilleria que no sabemos usar, es un caballo tordo de plateadas crines sobre las que solemos descansar, una yegua embarazada de ilusion, un animal libre que intentamos domar.



Un rebelde, descarado que a nadie obedece que camina entre silencios y sombras, ajeno a nuestros llantos, dibujo sin trazos señalando un camino que no sabemos desandar. Jaulas de palabras, adornadas de lisandros y blancas flores del ayer, cerraduras oxidadas que el tiempo no supo usar. Corre libre entre lontananzas, inmune a las voces, a los gritos desgarrados del amante que a sus lomos desea cabalgar. Una fuente seca, una senda marcada, perfumada por los petalos caidos de las manos abiertas que no supieron el amor retener, que no pudieron abrazar la mañana. Una casa vacia, llena de luz apagada, de oscura costumbre, de recuerdos rasgados en el libro que nuca quisimos leer. Un grito ahogado contra la almohada, mordiendo las costuras de hilo que tejieron entre recuerdos del cuerpo amado los placeres de la soledad.



Un rio que une, en la tristeza de la vida en la alegria del vivir, el amor es una patetica broma de nuestra propia vida, nos permite, por una vez, llorar nuestra propia muerte, ser participe de la gran comedia que siempre acaba en funeral.



Un mar, de aguas calidas, rugientes aromas que expresan sus olas al llegar, el amor es una flor de trapo engullida por las profundidades, mecida por las corrientes indistintas y abismales del alma, claros y abiertos aires, sin colores sin aromas, sin luz solo impregnados de la sal de tu piel, suaves brisas de los tropicos, vientos alisios que elevan el cuerpo mientras se deja amar.



Una noche, el amor, es una oscura noche, bañada en hondos sinsabores, en quehaceres diarios del que se yo, del que diran, de las preguntas sin respuesta de las lagrimas de insomnio de la largas charlas con tu otra vida, con el otro lado de tu mundo alla donde se encuentre, sea cual fuere la playa donde tu mensaje debe llegar.



Si yo supiera que es el amor, entonces, solo entonces podria decirte porque de esta, mi forma de amar. Si yo conociera el camino, si supiera cual es mi destino, podria entonces y solo de esa manera gritar, hacerte saber, pedirte que me escuches, cambiar mi destino, pero solo se me ocurre continuar andando, volviendome para rotas las ilusiones comprobar como mis propias lagrimas borran las huellas en la arena que mis pies marcaron para decirte a donde mis pasos van.



empezando a caminar

Te busqué entre las aguas del mar,
mi ropa, empapada de recuerdos,
me habló de ti.
Senti que no se ama,
se quiere o desea.
Abrir la boca,
los labios plagados de besos,
llenar el alma, dejar correr los olvidos,
lamer la sangre,
espinas en flor entre mis dedos abiertos.

Siento tu entrega,
tu nombre vencido a mi voz
como te dejas llevar
por mis palabras calladas.
Me dices y pensamos, unidos
entramos por los besos
cuando dejo de llorarte
amarte por amar
vivir en ti, sin querer estar

Perdido entre tus tiempos,
oculto por tus miedos
te rindes al dolor
y niegas, me niegas
te niegas al sordo
grito del placer, el deseo
y hasta el llanto del amor,
roto, ante tu negación
desvalido de ti, salvado yo
de los temores de mi niñez